viernes, 26 de noviembre de 2010

Capítulo V: “Ser un emigrante ese es mi deporte”

A propósito del tema del nomadismo, quisiera compartir el capítulo cinco de mi tesis que además es mi capítulo favorito. Aquellos que solo quieren leerse una parte de ella, aquí les va:



La influencia del nomadismo en la conformación del sentimiento de comunidad en Cahuita.

Para construir este capítulo se utilizaron episodios de la vida de varios informantes y se complementó con la información brindada por una especialista en la historia del Caribe. El recurso utilizado para sistematizar las diferentes vivencias e historias es una vez más el cuento o el relato. Este capítulo sin tener una relación perceptible con la música, es clave para comprender los procesos migratorios que ha experimentado Cahuita y el impacto que ha tenido en la conformación del sentimiento de comunidad. La trascendencia de la música aquí recae en que abrió las puertas a nuevas perspectivas de análisis y motivó el descubrimiento de condiciones migratorias que no habíamos contemplado.

El cuento una vez más brinda la posibilidad de enlazar diferentes historias en la forma de personajes que realmente existen. Cada uno de ellos nos muestra los diferentes tipos de migración y la lectura que hacen “los otros” de sus prácticas culturales; en un análisis que permite ver el papel que juegan los diferentes actores sociales en la conformación de una comunidad permeada por el tránsito entre un lugar y otro.

5.1 “San Rafael”
San Rafael es el nombre del barrio donde tiene lugar este relato. Son las historias de seis vecinos con un pasado o presente errante cuyas vidas se unen en Cahuita. Al igual que los anteriores cuentos presentes en la tesis, el siguiente muestra varios testimonios de informantes. Los acontecimientos son basados en historias reales sin embargo, se han modificado detalles tales como los nombres y edades.

Jeffrey y Authum- Jeffrey es un joven de veintinueve años, su familia es originaria de Cahuita, poseen muchas tierras y su abuelo es el dueño de un famoso restaurante. Sin embargo, la mayoría de su familia se ha ido a vivir a Limón para que sus hijos estudien y tengan mejores oportunidades. A pesar de esto, Jeffrey, sus primos y hermanos siempre iban a Cahuita a pasar las vacaciones. A diferencia de los demás Jeffrey siempre quería quedarse en Cahuita más que las vacaciones. Fue por esto que al graduarse del colegio se fue a vivir ahí con su abuelo. A su mamá no le gustaba mucho la idea porque quería que su hijo estudiara, pero lo aceptó pues eso era lo que a él le apasionaba. Siempre se sintió identificado con la cultura “rastafari”, a pesar de que nunca llegó a convertir totalmente a la religión, sí ha adoptado ciertas características a su estilo de vida, entre esas su pasión hacia la música Roots, lo que escucha todo el día y lo hace sentir “Irie”. Por eso se ha sentido más a gusto viviendo en Cahuita donde se aprecia la presencia “rasta” a donde quiera que se vaya, no es para menos pues allí comenzó el movimiento roots en Costa Rica. Authum es una estadounidense que vive en Cahuita desde hace dos años. Ha vivido en diferentes partes de Estados Unidos como en San Francisco, California y Portland, Oregon. A pesar de buscar en estos lugares una vida más tranquila y acorde con sus ideales no la encontró. Hasta que en unas vacaciones fue a Cahuita, cuando llegó ahí supo que este era el lugar para ella, desde entonces no se ha querido regresar y es Cahuita lo que llama Hogar. Authum y Jeffrey están “juntados” desde hace unos meses, cuando se dieron cuenta que ella estaba embarazada. Buscaron una casa barata y en un lugar seguro y la encontraron en San Rafael.
Gaia- Gaia es una italiana que hace más de quince años se vino a vivir a Puerto Viejo. Llegó al país con su esposo Emilio, también italiano. Junto con otras parejas extranjeras fundaron una comuna que muchos llaman “hippie” en las montañas de Playa Chiquita. Sin embargo, ellos se hacían llamar una comunidad que buscaba una vida más saludable, donde se producían solamente productos orgánicos, se consumían alimentos vegetarianos y se vivía lejos del mundo material. Estando en la comuna tuvo a sus dos hijos al frente de la playa, ambos atendidos por una partera. Fue entonces donde empezó su pasión por los partos, hasta convertirse en partera experta. Luego de unos años su matrimonio terminó. No quería vivir cerca de Emilio, pero no quería dejar el hermoso Caribe costarricense. Por esto se fue con sus hijos a vivir San Rafael en Cahuita.
Allan, José y Shuga- Shuga es un señor de sesenta y tres años, vive en San Rafael desde los ocho años. Se ha dedicado a la pesca desde que era niño sin embargo, su pasión siempre ha sido la música. Cuando era joven tocaba en un grupo de calypso con sus amigos, iban a Limón y a otras comunidades cercanas y en una ocasión tuvieron una presentación en Bocas del Toro en Panamá. Pero nunca se dedicó a la música cien por ciento, siempre lo hizo como “hobbie”. Desde hace unos años se metió de lleno al turismo, como siempre fue pescador conocía bien el mar así que sus hijos lo aconsejaron comprarse una mejor lancha (con ayuda económica de ellos) y dedicarse a hacer diferentes tours. Shuga se casó hace treinta años con una china limonense que nunca le gustó vivir en Cahuita. Vivieron unos años en Limón Centro, pero luego él y sus hijos se fueron de vuelta a Cahuita. Nunca se han divorciado, pero viven en diferentes casas. El hijo mayor de Shuga es Allan, ha estado “embarcado” – palabra que usan para referirse a alguien que se dedica a trabajar en los barcos- desde que tiene dieciocho años, tiene tres meses de vacaciones y los quiere pasar en Cahuita con su papá. Mientras tanto, su hijo menor José se fue a vivir a San José hace siete años a trabajar en una casa de apuestas. Hace un mes cerraron su compañía, pues su jefe fue arrestado en Europa por supuesto delito de estafa. José aprovechó su despido para irse a ayudar a su papá un tiempo. Por diferentes razones están viviendo los tres en San Rafael de nuevo como en los viejos tiempos.
El barrio- Jeffey y José han sido amigos desde pequeños. Son casi de la misma edad y siempre que Jeffrey venía de vacaciones jugaban juntos. Además, en el corto tiempo que José vivió en Limón Centro coincidieron en la misma escuela. Jeffrey está muy contento de tener a su amigo de vuelta en el “pueblo”. Jeffrey le cuenta a José que ya casi va a ser papá y que lo que más le da miedo es el parto – “esa guila no quiere tener el bebé normal, quiere tenerlo en la casa, es esa vara que está de moda en los hippies”. Jeffrey le cuenta que ha estado yendo donde la partera, que les da ciertas lecciones para el día del parto. José le trata de dar consejos pero él tampoco entiende por qué no tienen el bebé en el hospital como todas las demás personas que él conoce.


Authun tiene ocho meses de embarazo, hace unas semanas dejó de trabajar porque se cansaba mucho. Ella es masajista y trabaja en varios hoteles como también a domicilio. Está muy ilusionada con su bebé, siente que va a ser una experiencia mágica, más en un lugar tan especial como Cahuita, donde existe tanto contacto con la naturaleza. Se siente muy tranquila que Gaia su partera, viva a unas cuantas casas de la suya. Además Gaia ha tranquilizado mucho a Jeffrey que está muy asustado de tener a su bebé en la casa.


Jeffrey llega a la casa luego de estar conversando con José. Le cuenta a Authum que siente que el bebé es mujer y que la quiere llamar Abril, igual que su abuela. Su abuela se llama April, en inglés pero a Jeffrey le gusta más en español. Authum acepta, pues le gusta el nombre y le empieza a cantar mientras se masajea la panza “Abril my baby Abril”, a Authum le fascina cantar. Así fue como se conocieron, ella llegó a Coco’s Bar a decirles que ella podía tocar guitarra y cantar al menos una vez al mes y que sería un bonito show de música en vivo. Como Jeffrey es “dj” en ese bar, fue él quien la atendió y le dijo que sí sin embargo, no funcionó pues al público no le gustaba mucho la música Country que componía Authum. A pesar de esto, Authum se sentía contenta pues no es muy profesional y tuvo la oportunidad de presentarse en el bar más importante de la comunidad, algo que sin dunda nunca hubiese podido hacer en su pueblo.


Shuga está feliz de tener a sus hijos de vuelta, además de poder compartir con ellos, el trabajo se aliviana más. Pero la mejor parte sin duda es poder tener a su esposa en la casa, pues con la llegada de sus hijos ella vino a quedarse una temporada. Su esposa pasa cocinando todo el día, mientras “los hombres de la casa” salen al mar a llevar a los turistas a pasear. Hacen aproximadamente dos tours por día, uno en la mañana y otro en la tarde. Mientras cenan, José les cuenta que estuvo hablando con Jeffrey y le contó que la mamá del bebé quiere parir en la casa en lugar de un hospital. Cuenta que el pobre Jeffrey va a tener que estar ahí ayudándola a tener al bebé. José comenta que la que le metió esa idea en la cabeza a Authum es esa mujer Gaia, que siempre han pensado que está media loca. Allan recuerda una vez hace muchos años que él estaba de visita y Gaia se acababa de pasar a vivir al barrio; ella lo invitó a comer a su casa como agradecimiento por ayudarla a mover la refrigeradora. Allan cuenta “lo único que había de comer era ensalada de Limón dulce y una masa rara con salsa, dis que no comen carne ni nada normal porque son vegetarianos, además como son así andan descalzos y no se bañan, ¡huelen horrible!”

Después de comer Allan y José se alistan para salir. Jeffrey es el dj en un bar esta noche, y los invitó a ir. Pasan por él; sale Authum a la puerta a despedirlos, “cuidado se le ocurre al bebé nacer hoy” – dice José en broma. Los tres la pasan muy bien en el bar y recuerdan viejos tiempos cuando todos vivían en Cahuita. Jeffrey le gusta mucho el roots, así que solamente pone esa música, José puede notar que es más tranquilo el ambiente que cuando ponen dancehall. A pesar de ser tan amigos desde pequeños Jeffrey y José son diferentes en ese sentido. José no le llama la atención esas “mentiras”-como las llama él- de los “rastas” y además le aburre mucho el Roots. A él le gusta más el rap y el hip hop y viste ropa acorde a ese estilo. Quizás tiene razón Jeffrey cuando le dice que “San José lo agringó a usted mop, hasta el inglés que me habla es gringo ahora y le gusta ver el futbol americano y la vara….” Pero no fue San José, se ha acostumbrado a llevar una vida en la casa de apuesta, donde todo gira alrededor de Estado Unidos y sin darse cuenta se ha visto muy influenciado. 

Gaia da clases de yoga todas las mañanas en un hotel en las montañas de Cahuita, Authum solía hacer yoga con Gaia, pero ahora que su embarazo esta tan avanzado, prefiere hacer ciertos ejercicios de respiración y relajación desde su casa. Gaia nunca se hubiera imaginado a sus veinte años que iba a terminar teniendo la vida que lleva ahora. Sus padres son de una familia muy adinerada y siempre le exigieron muchas cosas a Gaia. Desde pequeña era bailarina de ballet y su madre esperaba que Gaia tuviera una gran carrera como balletista. Sin embargo, a Gaia nunca le gustaron los escenarios ni la exigencia de ese mundo, pero nunca se lo pudo decir a su mamá. Al casarse con Emilio encontró un escape a esa situación. Desde entonces no ha querido volver a vivir en Italia, siente que no encaja ni en su familia ni en su ciudad. Gaia es de una familia de formación Católica, pero desde hace unos años se convirtió a la religión Hari Krishna durante un viaje que hizo a India. Se ha involucrado mucho en esa religión pero sobretodo en la cultura india: ha aprendido a cocinar su comida, su hija practica la danza y su hijo está interesado en su música, hace poco se compró un Sitar. Durante el “show” de talentos de la escuela a la que asisten en Cahuita, ambos hicieron presentaciones de sus respectivos aprendizajes indios. Sus compañeros quedaron impresionados pues no conocían algo así. El sitar fue un éxito inclusive varios compañeros y compañeras se antojaron de aprender a tocarlo.

Luego de hacer el tour de la mañana, José llegó a su casa y su mamá le dio un mensaje de un amigo suyo de San José. Inmediatamente José se comunicó con él, era un compañero del trabajo anterior, del cual todos habían sido despedidos por el cierre de la compañía. Lo había llamado para decirle que estaban contratando en un “book” – como suelen llamar a las casas de apuestas- donde pagan muy bien, pero tenía que irse a San José la próxima semana. José meditó si volver a San José, pues la estaba pasando muy bien con su familia y amigos en Cahuita. Sin embargo, con los años se había acostumbrado a un estilo de vida que en este momento le hacía mucha falta y que no estaba preparado dejar.


Es otro “reggae night” en Cocos Bar y Jeffrey es el encargado de poner la música. José y Allan están ahí pasándola muy bien con viejos amigos. De repente suena el celular de José, es su mamá con una voz exaltada, le pregunta si Jeffrey puede hablar por teléfono, José inmediatamente le dice que no. Su mamá le cuenta que Authum se le acaba de romper la fuente y como ella es la vecina más cercana recurrió a ella por ayuda. José le dice a su mamá que se tranquilice, que de por si ahí está la partera, falta poco para que Jeffrey termine de trabajar, apenas termine Allan y él lo llevan a su casa. Shuga y su esposa van a la casa de Authum pues se sienten mal dejarla sola con la partera mientras llega Jeffrey, además tiene un poco de curiosidad. Authum está tranquila, Gaia le recuerda que como es un parto natural la labor de parto puede que se extienda por muchas horas. Aproximadamente a las dos y media de la madrugada llega Jeffrey junto con Allan y José, ellos acompañan a su amigo pues esta algo asustado, pero después de unas horas se van junto con sus padres a su casa.




Jeffrey se queda con Gaia, esperando…. Cuando Jeffrey se estresa usualmente fuma marihuana, pero siente que en este caso no puede hacerlo, así que decide hacer otra de sus actividades favoritas anti-estrés: cocinar. A pesar de ser las cuatro de la mañana, empieza a improvisar y cocina una pasta con naranja, los olores tranquilizan a Authum sin embargo, ninguno de los tres se llega a comer el plato quizás por el estrés. Apenas sale el sol Gaia sugiere salir a caminar para hacer más rápido el proceso, salen a caminar a Playa Negra, a unos metros de la casa. Cuando llegan a la casa, ya Authum esta lista y empieza a pujar. Jeffrey está ahí durante todo el proceso, llama a su mamá a Limón a contarle que pronto nacerá su bebé. A las nueve de la mañana nació Abril, Jeffrey la alzó en sus brazos y quiso llorar, pero no lo hizo. Él le dio su primer baño, se queda mirándola, es una bebé verdaderamente hermosa, tiene los ojos verde oliva, labios grandes y pelirroja jamás pensó tener una hija con esas características. Al medio día llegan sus vecinos a conocer a la nueva vecina; Allan, José, Shuga y su esposa. Todos impresionados con la belleza de la niña a pesar de tener unas horas de nacida. José le cuenta a Jeffrey que mañana se va a vivir de nuevo a San José y que Allan solamente le queda una semana antes de irse de nuevo al barco. Jeffrey se queda pensando que ahora que es papá y tiene que compartir su vida con Aunthum, tal vez no sea tan fácil vivir en Cahuita quizás dentro de unos años al igual que Allan y José se tenga que ir de este lugar que tanto ama.

5.2 “Me voy pal norte sin pasaporte, sin transporte”
Análisis del cuento

El cuento “San Rafael” a pesar de ser solo alusivo indica claramente la tendencia general sobre el tema del nomadismo en Cahuita. A continuación se analiza el relato desde tres temas principales:

5.2.1 Diferentes tipos de nomadismo
El proceso de transición de comunidades a comunas y luego a formas administrativas más complejas como el Estado-nación va ligado a un poder que imposibilita el nomadismo. Solamente sedentarizando a la población es posible dominar. Sin embargo, la inmovilidad geográfica que se ha ido fundando durante la modernidad se está viendo debilitada. La circulación social es inevitable sean cuales sean sus motivos; político, profesional, afectivo, cultural o religioso (Maffesoli, 2004). Esta vida errante o de movilidad geográfica el autor la define como: “la expresión de una relación diferente con los otros y con el mundo, menos ofensiva, más suave, algo lúdica y claro, trágica, pues se apoya en la intuición de lo efímero de las cosas, de los seres y sus relaciones” (Maffesoli, 2004: 28). El nomadismo y las migraciones han ido moldeando el estilo de vida del ser humano moderno. Se puede reconocer dentro de éste fenómeno las migraciones cotidianas que se deben principalmente al trabajo (Ídem). En el cuento, se puede clasificar a Allan y José dentro de este tipo de movilidad. En primer plano Allan, pasa la mayor parte del año “embarcado” es decir, su hogar es un barco. En él la población es “pasajera”, la comunidad está conformada por personas que vienen y van. Su llamado “hogar” es un lugar donde es imposible establecerse, es una zona inevitablemente de transición. Mientras que Cahuita es un territorio donde se puede instalar de manera más fija sin embargo, es donde pasa la menor parte del tiempo.

Por otro lado, José al igual que Allan es motivado a movilizarse por razones de trabajo, emigra a la capital para tener mayores ingresos y un estilo de vida diferente con más lujos y comodidades. La madre de ambos tiene una vida nómada constante, a pesar de vivir en Limón Centro, su esposo y la casa que sus hijos llaman hogar está en Cahuita. De modo que vive en estos lugares por temporadas. Asimismo, Maffesoli incluye también las migraciones de temporada es decir, el turismo y los viajes. A consecuencia de éstos se puede prever un importante desarrollo debido a que en muchos lugares-incluido Cahuita- estas migraciones dejan de ser temporales y se establecen. Tal es el caso de Authum y Gaia, quienes fueron incitadas a viajar por razones de turismo y aventura pero posteriormente se instauraron en Cahuita. Este tipo de migración busca un cambio en el estilo de vida, es una aspiración a estar en “otro lugar”. Contiene un deseo de aventura que puede llevar a ser no solamente deseada sino asumida y soportada. Como afirma el autor “la aventura es una veta oculta que recorre el conjunto del cuerpo social”; es algo que se busca pero solo se encuentra al final de una larga labor, algo que está dentro del inconsciente colectivo y requiere un proceso complejo para que surja en la conciencia y sea aceptada como parte importante de la estructura social (Ídem).

5.2.2 Sentimientos e ideas que se generan ante el migrante
Es sabido que la llegada de un extraño a una comunidad muchas veces causa repulsión entre su población. Es casi inevitable que de algún modo rompa con el orden establecido debido al cambio de costumbres, religión, economía o idioma. El migrante es portador de novedades, por ende representa un riesgo moral innegable (Ídem). En el cuento Gaia y Authum tienen prácticas que despiertan desconfianza en sus vecinos. Un ejemplo de ello es cuando Allan se refiere a su vecina: “lo único que había de comer era ensalada de Limón Dulce y una masa rara con salsa, dis que no comen carne ni nada normal porque son vegetarianos, además como son así andan descalzos y no se bañan, ¡huelen horrible!” Este testimonio refleja lo que muchos cahuiteños piensan sobre los extranjeros que llegan a su pueblo, quienes al no comprender estas nuevas costumbres sospechan de ellas. Visto desde la óptica de Gaia y Authum sus prácticas vegetarianas, no usar zapatos de vez en cuando, no bañarse dos veces al día, hacer yoga o tener un hijo en la casa, llega a representar un conflicto moral.

Si tomamos el ejemplo de los partos en casa, una actividad que hace unas décadas era la norma en Cahuita sin embargo, ahora es incomprensible pensar que a pesar de existir acceso al hospital las mujeres decidan tenerlos con una partera. Es por ello que la mayoría de las mujeres que deciden esto en Cahuita son extranjeras o ajenas a la comunidad, pues lo que mueve esta decisión no es la cercanía a un hospital sino creencias o ideales de vida. Este tipo de comportamientos desencadena dudas e indiferencias. El errante-como lo denomina el autor- se tiende a estigmatizar; es testigo de un mundo paralelo y se vive al margen de la Ley. Estas designaciones bastan para inquietar a la comunidad que los recibe, que terminan rechazando lo extraño y lo imprevisible (Ídem).

La migración causa desconfianza por parte de los “espectadores”. Pero existe un deseo de evasión que proviene de los nómadas mismos. El nomadismo no está determinado solamente para mejorar las necesidades económicas, el deseo de evasión es también uno de sus móviles. Gaia y Authum son nuevamente evidencia de esto, en sus países de orígen hay muchas responsabilidades o asuntos que afrontar de los cuales huyen al decidir vivir en un lugar lejano. La confrontación con lo exterior hace asumir otras facetas de cada personalidad y no enfrentar las anteriores.

5.2.3 El nomadismo como elemento influyente en la comunidad musical
Cahuita ha sido un verdadero crisol de culturas desde su origen; ha tenido una formación de comunidad singular, donde la migración juega un papel principal. Gran parte de esta peculiaridad se basa en el origen del Caribe en general. Para muchos historiadores el Caribe es el “melting pot” de las tribus africanas. Es allí donde llegaron a convivir diferentes tribus traídas por sus respectivas colonias. Los colonos españoles, portugueses, franceses, ingleses y luego norteamericanos trataron a miles de esclavos provenientes de África pertenecientes a tribus o grupos étnicos Masais, Yorubas, Bantus entre otros, quienes quizás jamás hubieran compartido territorio en África. Más específicamente en el Caribe costarricense, las oleadas migratorias se han dado desde tiempos de la colonia, primero por parte de los españoles -quienes traían esclavos procedentes de la costa Oeste de África- y luego el flujo migratorio de las colonias inglesas en el Caribe debido a la construcción de la línea férrea y más adelante  la producción bananera (Tanzi, 2010). Asimismo, con el transcurso de los años se da la migración interna por parte de costarricense de las demás provincias del país.

A pesar de que la comunidad ha sufrido diversas migraciones se han mantenido vivas muchas de las costumbres originales. Este orden ha sido posible gracias a que se han ido engendrando elementos nuevos y a partir de ahí han evolucionado juntos los nuevos con los viejos. La música específicamente, es un factor cultural que se ha visto nutrido por el nomadismo constante en Cahuita. En el marco del cuento podemos observar varios géneros musicales que forman parte de la cotidianidad de los personajes, éstos han sido resultado de la mezcla y la movilidad geográfica. En un primer plano se menciona el calypso como el género predilecto de Shuga y que además interpretó durante su juventud. Al simple oído el calypso limonense puede sonar igual a los demás sin embargo, histórica y rítmicamente tiene sus particularidades. Este es una mezcla de influencias tanto Trinitarias como Jamaiquinas. El kaiso- calypso de Trinidad y Tobago que luego fue bautizado por los blancos como calypso y el mentó – ritmo jamaiquino - se unieron en el Caribe costarricense para formar lo que hoy conocemos como calypso limonense (Monestel, 2002). El género es fruto de la mezcla dada por la migración, pero esto no es evidente solamente en los instrumentos o ritmos sino también en las letras de las canciones. Muchos de los calypsos cahuiteños mencionan a otras latitudes como parte de su cotidianidad tal es el caso de la canción “Bocas” de Walter Ferguson, la cual hace referencia a Bocas del Toro en Panamá u otras canciones del mismo autor que se refieren a las migraciones desde personajes como los “chinos” del pueblo. Así como el calypso, el reggae es un símbolo que identifica a Cahuita entre los extranjeros. En el relato se detalla la afición de Jeffrey hacia esta música de tal forma que escoge vivir en Cahuita porque se acopla más a su estilo de vida “rasta”. A pesar de que según uno de nuestros informantes “aquí (Cahuita) comenzó todo esto del Roots en Costa Rica” este género musical tiene origen en Jamaica y fusiona sonidos acarreados desde África. Nuevamente la migración cumple un papel indispensable en la formación de la música. En el cuento se muestra como el hijo de Gaia introduce a sus amigos de la escuela un instrumento de música desconocido por la mayoría y muchos se interesan por aprender a tocarlo. Puede que en el futuro éste hecho no sea de mayor influencia para la dinámica musical en Cahuita no obstante, el ejemplo evidencia cómo la comunidad se ve sumamente expuesta a factores externos que han sido insertados en a través del tiempo.

5.3 Puntos de llegada
Culturas como las latinoamericanas o épocas como la Edad Media, se constituyeron a partir de la mezcla; en ambas lo que predominaba y predomina en lo cotidiano es lo móvil, lo no instituido (Maffesoli, 2004). Tal es el caso de Cahuita donde su población como lo muestra el cuento, está constituida por el constante movimiento de la población; por parte de extranjeros que llegan y de sus pobladores que emigran.

Desde su origen Cahuita y el resto del Caribe se ha ido conformando poco a poco con diferentes oleadas migratorias. Con el nomadismo llegan también las expresiones artísticas y culturales, en este caso específico la música: “El mentó es cuando llegaron los esclavos de África, el negro tiene raíces musicales, la música en la sangre. Entonces el caribeño también, el caribeño tiene sangre de música, ahí se unieron los dos, la música africana con la caribeña y se hizo un ritmo llamado mentó”. El anterior testimonio de uno de los informantes permite afirmar que desde su óptica se visualiza el origen mismo de sus costumbres a partir de la migración. No solamente la formación de un ritmo musical, sino también las características de su población, como el hecho que según él “el negro tiene raíces musicales” por ende el caribeño también.

Es válido pensar entonces, que el nomadismo contribuye a la construcción de sentimiento de comunidad en Cahuita. Éste desde el momento de su formación es plural y efervescente de lo contrario podría desagregarse y debilitarse (Maffesoli, 2004). Estas características redinamizan la fuerza de la convivencia y logra que se dé una comunidad con una identidad como la de Cahuita. Desde un análisis simbólico se podría decir que Abril es Cahuita. Es el fruto de la mezcla, desde sus particularidades físicas: pelirroja, cabello rizado, con ojos verde oliva, piel morena, labios carnosos y nariz abultada, con características desemejantes pero innegablemente hermosa. Una bebé producto de la búsqueda de aventura e identidad por parte de su madre y la lucha por surgir por parte de su padre. Con antepasados que poseen historias diferentes, de etnias distintas que se encontraron en ese lugar para formar una nueva historia o en el caso de Abril una nueva personalidad. Los argumentos expuestos en el cuento y su posterior análisis invitan a la reflexión sobre el mestizaje y la diversidad cultural que caracteriza a nuestro país, donde se destacan los diversos escenarios que guardan una estrecha relación con la música. Siendo Abril una representación de “Cahuita mestiza”, significaría una comunidad de todos, de los ticos no cahuiteños que deciden vivir allá, de los nacidos en otros países, de los afrodescendientes, de los indígenas tanto costarricenses como provenientes de Panamá y de todas esas nuevas generaciones que continúan naciendo. Por eso, es fundamental destacar el arraigo y el sentimiento de pertenecer a un territorio donde predomina la interculturalidad. Una situación que exige asimilar las diferencias pero no transgredir los códigos culturales con los que se rige la comunidad.